Un cielo de mil colores


Cuando estaba en la primaria tenía entre otras, una maestra de plástica. Bah, una maestra de dibujo.

En general nunca fue una materia con la que tuviera problemas, pero durante los años que tuve a esta maestra, tuve dos problemas. Uno surgía cuando cada tanto, nos daba tema libre para que dibujásemos lo que se nos viniera en gana, y el segundo eran mis cielos.

O mejor dicho, mis atardeceres. Y que en general, eran mi tema libre cuando podía elegir.

Con mi fanatismo por la playa, solía pintar atardeceres en el mar. Esos que me pasaba mirando en verano y extrañaba terriblemente el resto del año.

El problema venía cuando yo pintaba el cielo. Porque no lo pintaba del clásico celeste, lo pintaba con rosas, violetas, a veces hasta con rojo, o azules oscuros. Esta foto es lo más parecido que encontré a lo que yo pintaba.

Esta maestra, Dios la tenga en su gloria y no la deje volver a torturar criaturas, me ponía notas muy bajas en mis dibujos "tema libre". Por lógica yo no entendía mucho, pero me imaginaba que estaría dibujando muy mal. Que al lado de mis compañeros de clase, sería de las que peor dibujaba. Pero con el correr de los años, empecé a comparar con los otros dibujos de mis compañeros, y no me parecían que los míos fueran tan malos como para las bajas notas que la maestra me ponía.

Entonces un día me cansé de no entenderla, y cuando me devolvió uno de mis dibujos, en el que me había esmerado especialmente, fui y le pregunté por qué me había calificado tan mal. Quería entender dónde estaba mi error. Y ahí fue que me soltó, muy liviana de cuerpo: "Es que usted Trosman, pinta los cielos de cualquier color, y el cielo es de color celeste."

Ahora que lo pienso, esta señora tuvo muchísimo que ver en que yo a medida que fui creciendo me llenara la boca diciendo que yo no sabía dibujar nada, que era malísima dibujando.

Volví a mi casa sumamente compungida. Y, como no era para nada habitual, estaba mi papá. Me habrá visto mi carita de preocupación que me preguntó que me pasaba. Entonces le conté. Al margen de preguntarme si la maestra estaba loca, mi papá me dijo que me quedara tranquila y que siguiera pintando los cielos como los pintaba, que así estaban perfectos y hermosos.

En esa semana, un día durante el horario de clases, me llamaron de la dirección. Fui preocupada y me encontré con mi papá sentado frente a la directora y junto a mi maestra de dibujo. Me preocupé notablemente más al verlo a él ahí sentado.

Para situarlos, mi viejo nunca iba a mi colegio, salvo para algún acto en el que yo cantara en el coro o actuara, si es que estaba en Baires. Pero sino, de las cuestiones diarias del colegio, se ocupaba mi abuela quien se había apropiado del rol de madre. Gracias a esas cuestiones colegiales, fue que un día por casualidad me enteré que yo había tenido otra mamá. Pero esa es una historia para otro momento.

Recuerdo que mi papá tenía una sonrisa de oreja a oreja, y la directora también, lo cual me dio bastante tranquilidad. Mi viejo me extendía su mano para que me acercara. Y así lo hice. La que no estaba para nada sonriente, era mi maestra de dibujo. Pero fue justamente ella la que comenzó a hablarme. Me dijo que a partir de ahora yo podía pintar los cielos de los colores que me pareciera y que ella iba a modificar las bajas notas que me había puesto en ese semestre. Enseguida saludó y se retiró de la dirección.

Mi papá le consultó a la directora si lo autorizaba a retirarme del colegio, ella accedió sonriente y se dieron la mano. Yo no entendía nada, pero estaba feliz de que mi papá me hubiera retirado mas temprano del colegio. Eso significaba más tiempo compartido con él, y eso era lo mejor que me podía pasar. Corrí a buscar mis cosas al aula y me encontré en el patio con él que me esperaba para irnos.

Cuando volvíamos a mi casa de la mano, le pregunté que había pasado:
- Papá Pablo, por qué la maestra ahora me deja pintar como quiero los cielos?
- Porque yo estuve charlando un rato con ella.
- Ahhh, y que le dijiste?
- Que me daba lástima que no supiera todos los colores que aparecen en el cielo cuando el sol se empieza a esconder. Y que la invitaba a subir juntos a cualquier terraza, a ver un verdadero atardecer.

Ese día mi papá, fue más mi papá que nunca. Ese día, mi papá me sorprendió.

5 charletas:

Unknown dijo...

Por lo que vi en tu blog te gusta mucho el rock.. tenes cosas de los redondos cosas del indio.. bien ahi
jeje

te dejo mi blog de rock por si queres informarte esta bastante copado



http://www.midrockga.blogspot.com/

Christian dijo...

Este SI es un post. Buenisimo, Caro.

CaroTros® dijo...

Midrockga: Obvioooooo! Soy una chica con alma de rock! Ya estuve chusmeando su blog, y me pareció muy bueno. Sobre todo la agenda de recitales. Incluya a mis amigos de KALISUA, copese. Tocan el sábado 13/12 a las 22hs, en Dub Club.

Chris: Gracias, me pongo colorada sonso. Sabe que un halago suyo es muy valioso para mi.

Besos para ambos, muchachos.
Caro.

Anónimo dijo...

caro que linda y simple historia ...

CaroTros® dijo...

Gracias Martu!
Esperemos seguir por este camino en el 2009. Gran beso para usted.
Caro.