Cenizas en el Aire - Andrés Calamaro y Ariel Rot

"La cabeza en la boca del león, soy un domador muy poco decidido.
Tengo estilo pero soy mal jugador, el premio de consuelo lo tengo merecido.
Se apagó la hoguera de la vanidad, cenizas en el aire esparciéndose.
Parecía que era un juego y al final, más de uno acabó mal, quemándose."


Sacado de TomasHotel, pero valía la pena ponerlo


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Behind Blue Eyes - Limp Bizkit

Beíta

No tengo una foto donde estemos juntas, abrazadas, para poder poner hoy en mi blog.

Tengo los ojos llenos de fotos que recuerdo del tuyo.

No tengo un momento compartido con vos, para contar una anécdota que nos una.

Tengo horas y horas de charlas por msn, guardadas en mi memoria.

No tengo una noche de copas y de charlas hasta la madrugada, chusmeando de nuestras cosas.

Tengo tu vocecita del otro lado del celular, llamandome de sorpresa un domingo desde tu auto para contarme que escuchaste a Los Redondos y te acordaste de mi.

Hoy, no permito que la distancia opaque un día tan Sturliano.

Te quiero, Feliz Cumpleaños Beíta!

Love Is Noise - The Verve

Un cielo de mil colores


Cuando estaba en la primaria tenía entre otras, una maestra de plástica. Bah, una maestra de dibujo.

En general nunca fue una materia con la que tuviera problemas, pero durante los años que tuve a esta maestra, tuve dos problemas. Uno surgía cuando cada tanto, nos daba tema libre para que dibujásemos lo que se nos viniera en gana, y el segundo eran mis cielos.

O mejor dicho, mis atardeceres. Y que en general, eran mi tema libre cuando podía elegir.

Con mi fanatismo por la playa, solía pintar atardeceres en el mar. Esos que me pasaba mirando en verano y extrañaba terriblemente el resto del año.

El problema venía cuando yo pintaba el cielo. Porque no lo pintaba del clásico celeste, lo pintaba con rosas, violetas, a veces hasta con rojo, o azules oscuros. Esta foto es lo más parecido que encontré a lo que yo pintaba.

Esta maestra, Dios la tenga en su gloria y no la deje volver a torturar criaturas, me ponía notas muy bajas en mis dibujos "tema libre". Por lógica yo no entendía mucho, pero me imaginaba que estaría dibujando muy mal. Que al lado de mis compañeros de clase, sería de las que peor dibujaba. Pero con el correr de los años, empecé a comparar con los otros dibujos de mis compañeros, y no me parecían que los míos fueran tan malos como para las bajas notas que la maestra me ponía.

Entonces un día me cansé de no entenderla, y cuando me devolvió uno de mis dibujos, en el que me había esmerado especialmente, fui y le pregunté por qué me había calificado tan mal. Quería entender dónde estaba mi error. Y ahí fue que me soltó, muy liviana de cuerpo: "Es que usted Trosman, pinta los cielos de cualquier color, y el cielo es de color celeste."

Ahora que lo pienso, esta señora tuvo muchísimo que ver en que yo a medida que fui creciendo me llenara la boca diciendo que yo no sabía dibujar nada, que era malísima dibujando.

Volví a mi casa sumamente compungida. Y, como no era para nada habitual, estaba mi papá. Me habrá visto mi carita de preocupación que me preguntó que me pasaba. Entonces le conté. Al margen de preguntarme si la maestra estaba loca, mi papá me dijo que me quedara tranquila y que siguiera pintando los cielos como los pintaba, que así estaban perfectos y hermosos.

En esa semana, un día durante el horario de clases, me llamaron de la dirección. Fui preocupada y me encontré con mi papá sentado frente a la directora y junto a mi maestra de dibujo. Me preocupé notablemente más al verlo a él ahí sentado.

Para situarlos, mi viejo nunca iba a mi colegio, salvo para algún acto en el que yo cantara en el coro o actuara, si es que estaba en Baires. Pero sino, de las cuestiones diarias del colegio, se ocupaba mi abuela quien se había apropiado del rol de madre. Gracias a esas cuestiones colegiales, fue que un día por casualidad me enteré que yo había tenido otra mamá. Pero esa es una historia para otro momento.

Recuerdo que mi papá tenía una sonrisa de oreja a oreja, y la directora también, lo cual me dio bastante tranquilidad. Mi viejo me extendía su mano para que me acercara. Y así lo hice. La que no estaba para nada sonriente, era mi maestra de dibujo. Pero fue justamente ella la que comenzó a hablarme. Me dijo que a partir de ahora yo podía pintar los cielos de los colores que me pareciera y que ella iba a modificar las bajas notas que me había puesto en ese semestre. Enseguida saludó y se retiró de la dirección.

Mi papá le consultó a la directora si lo autorizaba a retirarme del colegio, ella accedió sonriente y se dieron la mano. Yo no entendía nada, pero estaba feliz de que mi papá me hubiera retirado mas temprano del colegio. Eso significaba más tiempo compartido con él, y eso era lo mejor que me podía pasar. Corrí a buscar mis cosas al aula y me encontré en el patio con él que me esperaba para irnos.

Cuando volvíamos a mi casa de la mano, le pregunté que había pasado:
- Papá Pablo, por qué la maestra ahora me deja pintar como quiero los cielos?
- Porque yo estuve charlando un rato con ella.
- Ahhh, y que le dijiste?
- Que me daba lástima que no supiera todos los colores que aparecen en el cielo cuando el sol se empieza a esconder. Y que la invitaba a subir juntos a cualquier terraza, a ver un verdadero atardecer.

Ese día mi papá, fue más mi papá que nunca. Ese día, mi papá me sorprendió.

Mi nueva taza Piojosa es divina...jejeje!

Etiqueta Negra - Los Redondos

Gran tema de Los Redondos. Yo me enamoré hace poco de él.

Es loco porque escucho esta banda desde los 14 años, y todavía la sigo descubriendo.

Eso es lo maravilloso.

Final Fantasy

Sacó el hielo del freezer y lo apoyó sobre la mesa del comedor, junto con las otras cosas que él le había pedido que tuviera listas. Siempre había tenido como fantasía traer un extraño a su casa, y hoy estaba a punto de cumplirla.

Repasó todo lo que tenía en la mesa, estaba nerviosa pero no quería que faltara nada y que él pudiera molestarse por algo. Estaba todo perfecto, había una combinación de elementos que permitirían experimentar con olores, sabores y sensaciones.

Tenía todo lo que él quería y más. Cuando pensó en eso, sonrió. Sabía que a él le iba a encantar ver que aportaba ideas. Sabía que eso a él lo calentaba, y mucho. Vio el pañuelo colgado sobre la silla y rozó la suave seda. A medida que la hora se acercaba, se iba sintiendo más nerviosa. Era un cosquilleo que le subía por todo el cuerpo y terminaba en la nuca.

Por un momento sintió miedo. Nadie sabía que estaba allí, a punto de aventurarse a cumplir su fantasía. No solo estaba sola, sino que en unos minutos le abriría la puerta a un completo desconocido quedando a completa disposición de sus deseos.

La adrenalina corría en inmensos torrentes por su cuerpo. Era una mezcla de intriga, de miedo y de excitación. Sonó el celular y era él.

- Tenés todo listo?
- Sí.
- Estás vestida como te pedí?
- Sí, dijo ella mientras miraba su reflejo en el espejo, tengo puestas las medias blancas de red que me mandaste de regalo.
- Me va a encantar verte vestida de puta. Estás nerviosa?
- Mucho.
- Tranquila, vos sabés que podes confiar en mí, no?
- Sí, ya se.
- En quince minutos estoy ahí, vendate los ojos y dejá la puerta abierta.
- Pero como vas a entrar? Tengo que bajar a abrirte…
- Avisale al encargado que me abra cuando llego, yo igual te toco timbre para que sepas que llegué.
- Ok.

Cuando cortó, las sensaciones en su cuerpo se dispararon. Miraba el reloj constantemente y calculaba donde estaría él. Si estaba a 2 cuadras, si ya estaba abajo, si estaría subiendo. Se miró por última vez al espejo y le dio gracia verse así, pero también la calentó un poco. Mucho escote, pollera muy corta, botas altas y esas medias. Tomó el pañuelo del respaldo de la silla y se vendó los ojos. Se quedó parada en el medio del comedor. Había un silencio total. Solo escuchaba su corazón que parecía salirse de su pecho. Sonó el timbre.

Cuando él entró, ella estaba muy quieta y al no poder ver, los otros sentidos se potenciaban. Olía, escuchaba al detalle y percibía cada movimiento en el aire. Cerró la puerta y se acercó a ella. Con la cercanía notó que estaba temblando como una hoja. Se le acercó mucho y mientras apoyaba su pecho contra los de ella, le susurró al oido: “Sshhhh tranquila, ya estoy acá”.

Le dio un beso único, muy profundo y sensual. Eso de alguna manera la ayudo a calmarse un poco. Mientras permanecía parada, él se agachó y le recorrió las largas piernas con la punta de los dedos. Un escalofrío la recorrió y se escapó de su boca un pequeño gemido. Al instante pudo sentir la boca de él otra vez en la suya.

A esta altura ella ya deseaba que la desnudara y la llevara a la cama. Pero para él, faltaba muchísimo para eso. Tomó otro pañuelo que estaba en la mesa, le llevó las manos a la espalda y la ató. Comenzó a rondarla, a olerla, a tocarla en diferentes partes de su cuerpo mientras caminaba a su alrededor. Le decía cosas al oído, le preguntaba cosas, le levantaba el pelo y le besaba la nuca, seguía caminando y dejaba que ella lo buscara, lo oliera y lo besara de vez en cuando.

Tomó un poco de hielo y recorrió su cuerpo con él. Jugó con todas las cosas que había en la mesa en el cuerpo de ella. Era su voluntad y ella permitía todo. Porque aunque no lo hubiera hecho nunca, todo le gustaba. La hizo arrodillarse en el piso y se bajó el cierre del pantalón.

- Sabés lo que tenés que hacer, no?
- Sí.
- Y te gusta?
- Mucho.
- Entonces hacelo ya.

Con los ojos vendados y las manos atadas, tuvo que buscar lo que deseaba con su boca. Cuando llegó, se sorprendió y sintió que todo su cuerpo que ya estaba completamente revolucionado, ahora llegaba a un nivel que le era desconocido. Se sentía a punto de estallar, y prácticamente no la había tocado. Todo era una combinación de sensaciones y de pensamientos, de lo que imaginaba al no ver.

A él le encantaba mirarla. Arrodillada frente a él, disfrutando de su cuerpo y sintiéndose libre de jugar el rol que él le proponía. Le desató las manos y le sacó la venda de los ojos. Se veían por primera vez.

- Sos muy linda
- Así vestida?
- Así vestida más.

De pronto, sin dar mayores explicaciones, le dijo que se iba. Ella se sentía como embriagada y no entendió. Pensó que iba a volver para terminar con la fantasía. Ella esperaba que la besara y que le hiciera el amor furiosamente. Su cuerpo lo pedía a gritos.

Pero él no volvió, y se quedó sola parada en el medio del comedor. De pronto se miró y a su alrededor, se sintió horrorizada. Sintió vergüenza de todo. Se sintió realmente una prostituta. Se sintió usada y dejada sin haber disfrutado de nada. Pensó que había sido realmente una locura, que podía haber pasado cualquier cosa, que el tipo si quería le hubiera podido desvalijar el departamento y hasta la podría haber matado.

El se había ido feliz. Por fin había encontrado a la mujer de sus sueños. Sin dudas en el próximo encuentro sus niveles de deseo y excitación llegarían a las nubes. Y entonces, la primera vez que se fueran a la cama, sería inolvidable para ella. Sabía que no era fácil sorprenderla y no quería ser uno más.

Los dos extraños no volvieron a verse nunca. El intentó contactarla, pero ella nunca volvió a atender sus llamados. Ambos guardaron ese encuentro en lo más profundo de sus fantasías y siguieron normalmente con la rutina de sus vidas.

Y vos?
Te vendarías los ojos y le abrirías la puerta de tu casa a un desconocido?

Pastillitas de Colores


Bueno, resulta que ahora además de un gen paterno defectuoso que hace que tenga los glóbulos rojos más pequeños de lo normal, tengo hipotirodismo y la glucemia alta.

Tengo que tomarme una pastillita media hora antes de desayunar, otra pastillita con el desayuno, otra pastillita con el almuerzo; y a partir de la semana que viene se suma una nueva amiga: la pastillita de la cena.

En mi vida tomé tantas pastillas y menos juntas. Me estoy adaptando a la idea de que una de ellas es para siempre, que la tendré que tomar toda la vida.

Mi amigo Chris dice que esto del hipotiroidismo te pone loquito, tenés cambios de humor, etc. Quizás haya sido la causa de todos mis problemas durante años y recién ahora se avivan?!

Dios mío, tanta plata gastada en psicólogos para terminar en esto...