Onírica

No quiero soñar más.

Cuando no son pesadillas son estos sueños maravillosos de los que no quiero despertar. Quiero creer que es mi subconciente que juega conmigo. Se burla de mi.

Estos sueños de estos últimos días son nuevos, no son como los de siempre. Estos no me dejan angustiada, porque esta sensación de cercanía es maravillosa.

Pero quiero que paren. No quiero soñar esto.

Porque no puedo soñar esto.

Es ley

Usar auriculares blancos, es de puto.

Gracias Julián por hacerme conocer este tema...

Adiós Carnaval - Ariel Rot y Enrique Bunbury



Me entregué a tus pies
A tu cabeza también
Me arrastre todo un verano, persiguiéndote.
Hice de chico malo, de perrito fiel
De gato sobre el tejado
Me dijiste “no way”

Me costó poco aprender que bajo se puede caer
Y cuando acabo la lección no quedaba nada,
Nada a salvo a mí alrededor.

Adiós carnaval,
Me tapas los ojos con tu pañuelo rojo y te vas
Disfrazada de alegría hasta el infierno me iría
Detrás tuyo una y mil veces más.

Adiós carnaval
El instinto me hace señas pero se que ya no hay vuelta atrás
Uno sabe lo que hace cuando empieza este viaje
Detrás de tuyo una y mil veces más.

Me entregué a tus pies
Me prendí fuego otra vez
Y cuando me mandaste al frente
Yo entendí todo al revés
Hice de chico malo, de poeta cruel
Sacado y trastornado
Me dijiste “no way”.

Me costó poco aprender que bajo se puede caer
Y cuando acabo la lección no quedaba nada,
Nada a salvo a mí alrededor.

Adiós carnaval,
Me tapas los ojos con tu pañuelo rojo y te vas
Disfrazada de alegría hasta el infierno me iría
Detrás tuyo una y mil veces más.

Adiós carnaval
El instinto me hace señas pero se que ya no hay vuelta atrás
Uno sabe lo que hace cuando empieza este viaje
Detrás de tuyo una y mil veces más.

Me pongo loca!

El jodidísimo blogger, no me permite ver mi propio blog!
Nos volvimos todos rematadamente locos?!

Quería contestar los comentarios del posteo anterior y no me permite, así es que lo haré en un posteo especialmente dedicado para ese fin, porque no soporto que ninguna máquina y muchísimo menos un programa me impida algo que quiero hacer. Grrrrrr!

Christian:
Sí, tiene una voz increíble y muy lindas letras.
Disculpeme la poca inspiración para responderle, pero ando como loca gracias al maldito blogger.

Beíta:
Anduve de feriado y fue pura vagancia.
Aunque hoy toco limpieza general del hogar así que tanto tanto, no descansé.
Pero es un placer ver la casa reluciente y si no hubiera sido por blogger y que no me deja ver mi propio blog (no se si le comenté), estaría de un excelente humor.

Besos para ambos y gracias por los comments.
Espero que blogger se porte y al menos me deje publicar.

Don´t Cry - Seal



Don't be so hard on yourself.
Those tears are for someone else.
I hear your voice on the phone.
I hear you feel so alone.
My baby.

Ohh my baby.

Please my baby,

My baby,

When we were young,
And truth was paramount.
We were older then,
And we lived a life without any doubt.
Those memories,
They seem so long ago.

What's become of them?
When you feel like me I want you to know.
They've all gone for sure...

Don't cry.
Not alone.
Don't cry,
Tonight, my baby.
Don't cry,
You'll always be loved.
Don't cry,
Tonight.
My baby.

Today I dreamed,
Of friends I had before.
And I wonder why.
The ones who care don't call anymore.
My feelings hurt.
But you know I overcome the pain.
And I'm stronger now,
There can't be a fire unless there's a flame.

Don't cry.
Your not alone.
Don't cry,
Tonight, my baby.
Don't cry.
You'll always be loved.
Don't cry oh...
Limousines and sycophants,
Don't leave me now,
'Cause I'm afraid what you've done to me.
Is now the wolf.
In my bed,

In my head.
In my head.
In my head.

The challenges, we took were hard enough.
They get harder now.
Even when we think that we've had enough.
Don't feel alone,
'Cause it's I you understand.
I'm your sedative,
Take a piece of me whenever you can.

Don't cry....
you're not alone.
don't be so hard on yourself...

Don't cry....
tonight my baby
These tears are for...someone else...

Don't cry....
you'll always be loved
I hear your voice on the phone...

Don't cry....
tonight sweet baby
I hear you fear...so alone.

Don't cry... don't cry... don't cry... don't you cry...
..my baby
Cry... Don't cry...
'Cause you still be loved
Don't cry
Don't cry tonight
Ohh..

My baby....

You'll still be loved.

Bloody Friday

Luego del llamado, salió corriendo del departamento. El corazón le latía desbocado y parecía salirse del cuerpo. Una y otra vez presionaba el botón, como si en esa repetición estuviera resolviendo la llegada más veloz del ascensor.

Tenía que bajar cuatro pisos y los nervios no le permitieron pensar. Más tarde se reprocharía no haber usado las escaleras. De todas formas, no hubiera modificado nada.

Cuando se paró frente a la puerta le costó hacer entrar la llave en la cerradura, pero bajo ningún aspecto se imaginaba lo que estaba a punto de ver.

Sintió la llave deslizarse dentro del tambor y logró hacerla girar. Ese era el momento en el que todo estaba a punto de cambiar. Los nervios se transformarían en desesperación y el desconocimiento, en profundo miedo.

Cuando abrió la puerta le llamó la atención el piso. La madera ya no tenía ese tono roble claro de siempre, sino que era roja. Estaba regado de sangre. Por todas partes.

Eran grandes manchas en todo el pasillo de entrada. Solo podía pensar en qué había pasado. No entendía como en los breves instantes que habían pasado entre el llamado y su entrada al departamento, se había desparramado tanta sangre por todas partes.

Las marcas rojas seguían apareciendo por la cocina, el baño. Claro que, todavía no había visto lo peor. Era solo el preludio. El corazón en lugar de latir, se le había paralizado. Nunca había visto una escena semejante.

Entró al ambiente principal y la vio. Con su largo pelo rubio, sentada en el medio de un enorme charco de sangre. Pasaba de llorar histéricamente a decirle que sí, que se quedaba tranquila. Sus manos temblorosas trataba de frenar su propia sangre con una toalla.

No entendía de donde salía tanta sangre y entonces ella le mostró, levantando su pierna. Se le había reventado una vena y la sangre fluía como el agua, gracias a los anticoagulantes. Corrió a buscar más toallas.

Corrió nuevamente a la cocina y buscó repasadores. Le ató uno más cerca del tobillo y el otro de la rodilla, con toda la fuerza que pudo. No pensó en hacerle un torniquete, solo trataba que no perdiera más sangre.

Lo que vino después, solo fue el miedo. El miedo al verla desmayarse y no saber que hacer. Hablarle, gritarle, sostenerle la mano con fuerza, y esperar. Temiendo lo peor. Esperar que llegara la ambulancia. Los minutos eran eternos.

En cada desmayo, sentía a la muerte rozándole la espalda. Y no podía creer estar pasando otra vez por una situación así. Y esta era peor que todas las que podía haber pasado.

La última vez que la mujer perdió la conciencia, no logró despertarla. Fue un segundo interminable. Llegaron los médicos y la asistieron.

Se miró las manos llenas de sangre y fue al baño. Se las lavaría innumerables veces antes de que terminara el día, siempre teniendo la sensación de que seguía teniendo sangre en las manos.

Hubiera querido decirles a los que presenciaban sin hacer, que no podía con esto. Que era mucho para ella. Que no lo soportaba. Que era muy pesado.

Se sintió como cuando tenía 15 años y se había hecho cargo de la larga enfermedad de su abuelo y de su muerte, un año después.

Pero el no puedo, se le quedó atorado en la garganta.

Inundación - Bersuit Vergarabat



Queríamos tomar agua de lluvia
Como cuando pendejos
Sin miedo al malestar
Queríamos pisar baldosas flojas
Para empapar de frente
Al primer gil calentón
Y también patear por la orilla del mar
Hundiendo los pies en la espuma fría
O cruzar el río sin saber nadar
Por puro placer, sin ninguna red
Queríamos pegarnos un buen baño
Para lavar las culpas
De tanta rigidez
Porque vinimos, porque nacimos
Porque salimos del agua
Porque soñamos y la tomamos
Pero vivimos secos
Porque vinimos, porque nacimos
Porque somos como el agua
Porque soñamos, nos calentamos
Y al fin nos hacemos humo
Y al fin nos hacemos humo
Yo no soy la gota que rebalsó tu vaso
Te aviso que para mi es el vicio
De este payaso sin risas
Que de lágrima se ahoga
Tiré la soga
El barba no dio bola
Dijo: “hijo no te inundes
Sos el último en la cola"
Dejamos pasar el tiempo que nos condena
Que pena
Y la mierda que nos rodea aun queda
Zapatos rotos, cordones flojos
Y un sueño:
De nuestro mundo somos dueños
Queríamos saltar sobre los charcos
Con zapatillas blancas
Para que se enoje mamá
Queríamos que se inundara todo
Y las bocas de tormenta
No alcancen a desagotar
Y también patear por la orilla del mar
Hundiendo los pies en la espuma fría
O cruzar el río sin saber nadar
Por puro placer, sin ninguna red
Porque vinimos, porque nacimos
Porque salimos del agua
Porque soñamos y la tomamos
Pero vivimos secos
Porque vinimos, porque nacimos
Porque somos como el agua
Porque soñamos, nos calentamos
Y al fin nos hacemos humo
Y al fin nos hacemos humo
Rebalsó
La gota que nadie esperó
Sin verla ni beberla nos ahogamos en un vaso
En esta inundación
La gota que nadie esperó
Sin verla ni beberla nos ahogamos en un vaso
Sin agua.

La Casa de Flores

Apenas entendía.

Esa pequeña, en aquel momento tendría unos 11 años. 11 inocentes años.
Estaba comenzando 5º grado en la escuela primaria; trataba de memorizarse las tablas, y aunque siempre le iba bien en el colegio, jamás las aprendería.

Quizás por todo lo que estaba por suceder.

Todavía jugaba a las muñecas o a la secretaria en su cuarto del semi piso donde se había criado, su mayor ilusión del año eran las vacaciones. Su mar, la casa de la playa, las amigas de verano, creía que de grande iba a ser maestra, sentía que era feliz, que la vida era perfecta, pensaba que tener 2 papás y 1 mamá era de las cosas mas normales del mundo.

Un día cualquiera, de repente, la burbuja en la que habían tratado de mantenerla aislada de su propia realidad, había explotado abruptamente y ella apenas entendía lo que estaba sucediendo.

Se vio sentada en el sillón de orejas, de un solo cuerpo y con ese respaldo enorme que estaba en el living, allí donde se sentaba su bisabuela judía, con sus uñas siempre impecablemente pintadas de rojo, a dar órdenes y criticar eternamente a cada integrante de la familia. Quizás por eso, cuando creciera nunca se pintaría las uñas de rojo...quizás por eso ella nunca sería ese prototipo de mujer que fueron su bisabuela y su abuela paternas.

Sentada allí, no podía hacer más que abrazar a su muñeca preferida, como si eso pudiera protegerla de lo que pasaba. Los gritos la aterrorizaban, nunca los había escuchado. En esa casa nunca se escuchaba una discusión, todo era perfecto.

Solo después de muchos, muchos años, se enteraría de lo que sucedía en una de las habitaciones mientras ella esperaba, con su carita asustada, sentada en ese sillón.

Su padre y su abuelo, se la disputaban.

Su padre luchaba por lo que siempre tendría que haber sido suyo. Su hija. Y los abuelos, supuestos salvadores devenidos en apropiadores, no le permitían llevársela. Que no le podía dar nada, que no tenía nada, que su vida era un desastre, que no tenía conducta, que vivía con una manga de vagos...

Geniales conclusiones de una realidad que ellos mismos habían generado.

En el fragor de la discusión con su propio hijo, el abuelo sacó el arma que guardaba en el placard. Lo amenazó y le dijo que si se llevaba a la pequeña, sin dudarlo, lo mataba.

Pelearon, forcejearon y luego de casi romperle un brazo al abuelo para tirar el arma por la ventana, el padre tomó a su pequeña hija y se la llevó en medio de gritos.

Apenas entendían lo que estaba sucediendo, padre e hija. Tomaron un taxi y llegaron a la casa del barrio de Flores.

La casa era enorme, era antiguamente hermosa, pero estaba muy deteriorada. Tenia más de 6 habitaciones, una cocina que la pequeña nunca recordaría bien, patio, todo muy espacioso y amplio, un comedor grande y un living inmenso, donde había una tele en una mesa ratona y un gran sillón.

Era una casa tomada, cuando todavía no existía la moda de los okupas. No se sabía bien cuanta gente vivía allí, pero eran muchos. Había una sala de ensayo, un taller plástico, en el patio unos zancos que eran del payaso.

Esa pequeña que recién salía de su burbuja, comenzaba a descubrir un mundo nuevo, que le era ajeno, desconocido, atemorizante.

Dormía en la habitación que era de su padre hasta ese momento. El le había dejado ese rincón privado, protegido del resto de la casa. Era una mínima habitación de 2x2, que estaba al fondo de todo, antes de llegar a la terraza subiendo una intrincada escalera caracol.

En ese cuarto había telas colgadas en las paredes, posters de músicos, un colchón de una plaza en el piso con una colcha pallette turquesa que nunca olvidaría.

En esa casa vivía otra niña, unos años mayor. Juntas jugaban, se divertían y la pequeña aprendía lo que era realmente vivir como una niña normal. Lo que para la mayor eran travesuras, para la pequeña era darse cuenta de que hasta ese momento, jamás había vivido.

Juntas robaron cigarrillos a uno de los que vivía en la casa, de un paquete olvidado sobre una mesa y los ocultaron detrás un poster de un cantante de rock. Esa ínfima habitación tenía una única ventana y sería allí donde la pequeña fumaría un cigarrillo por primera vez. Fumaría hasta los 25 años y después lo dejaría, pero siempre, siempre que se sintiera nerviosa o muy deprimida, desearía encender uno otra vez.

Una noche, de madrugada mientras todos dormían, las niñas desearon llenarse la panza de golosinas. Tomaron un dinero que tenían escondido y salieron a la calle. La avenida era enorme, había muchos autos, la pequeña sentía vértigo, miedo, adrenalina mientras caminaban rápidamente hasta la esquina.

Al llegar, mientras esperaban el semáforo rojo para cruzar, la pequeña tomó fuerte la mano de su amiga. La mayor se soltó y le dijo que ya eran grandes para andar de la mano. La pequeña no pudo explicarle que por primera vez, cruzaba sola la calle.

Esa casa fue para la pequeña un despertar para muchas cosas. Vio cosas que no tendría que haber visto, y que sin dudas comprendería solo con el paso de los años.

En esa casa fue que la pequeña vio por primera vez una escena de sexo en la televisión, hasta ese momento tenía prohibida la televisión luego de las 9 de la noche.

Pero no fue eso lo que más le llamó la atención, si bien se sentía impactada... Lo que más le interesó fue ver como toda la gente reunida alrededor de la tele, hombres y mujeres, disfrutaban.

Descubrió que el sexo, sin saber bien que era, no era lo que le habían querido inculcar. No era algo prohibido, malo, macabro...

En esa casa, vio como su padre en la mesa ratona, "usaba" lo que a ella le decía era un "remedio para el resfrío".

Siempre, eternamente aunque quisiera olvidarlo, recordaría la imagen de su padre con el tubito de una birome bic, aspirando sobre el vidrio.

El día en que la fueron a buscar tenia el pelo enredado luego de 4 días de no peinarse y de más de un mes de no ir al colegio.

Ella misma bajó la escalera para abrirle la puerta a quien venía a rescatarla; aunque su sensación era que volvían a encerrarla en aquella burbuja de irrealidades.

Sabía que debía volver, pero ella solo quería quedarse. Quería estar cerca de su padre.

Luego de esto, ya nada sería igual, la pequeña crecía.

Con el paso de los años, esa pequeña convertida en mujer intentaría tenazmente tener una vida normal, que nunca lograría.

Ahora me gustan más los lunes...

Es raro, pero creo que estoy contenta de que sea lunes.

El viernes tuve una tarde negra. Es increíble como de un momento para el otro y en solo un segundo, las cosas pueden cambiar drásticamente.

Yo que siempre le pongo el cuerpo a las situaciones difíciles, y esta vez no fue la excepción, termine temblando y tremendamente asustada. Y eso que yo no soy de asustarme. Y mucho menos de decirlo.

El estado de angustia me duró todo el fin de semana, casi no pude dormir y todo el tiempo reviví esas imágenes que se venían a mi cabeza. Para rematarla, y quizás por el mismo estado en el que estaba, me pelee con todo el mundo y nadie entendió los por qué.

Si bien estoy mejor, hay algo que dentro mío sigue desacomodado. Y como hoy estoy rebelde, furiosa con la vida, tengo ganas de gritar y de patear todo; nada mejor que escuchar a Alanis.

Y hoy, nada que me cuadre mejor que este tema. Nada personal, solo estoy haciendo catarsis.

Veneno Paciente - Indio Solari



"Mentiras amables, veneno paciente y nada de lo que supimos desear..."

Regalito de Viernes (la flor es para Beíta, ojito eh!)

Pero que artista...la pucha!

La Frase del Día

"Yo nunca miento...solo soy muy creativa!"

Indio en San Luis

Como sabrán (y los que no lo saben se van enterando), el Indio toca el 27 de Septiembre en San Luis.

El amigo de una amiga se va en combi y lleva a un grupete de gente, pero le quedan aún 3 lugares libres. Cobra $170.- ida y vuelta.

Si alguien va al recital, pero todavía no tiene medio de transporte, les dejo su mail para que se contacten con él y le hagan todas las preguntas del caso.

spok_mtv@hotmail.com

CaroTros también es un servicio a la comunidad. Salute!

De Shopping

Hacía rato que tenía esta publicidad en la cabeza para postearla.

Es una pieza de la agencia El Cielo, para su cliente Alto Palermo.

Los DGC's (directores generales creativos) son los inigualables Ramiro Agulla y Carlos Baccetti.

Para reírnos un ratito de nuestros muchachos ;)

Lunes...Puaaaaajjjjjj

Definitivamente los lunes son días malvados.

Fijate hoy sino, el frío que se le ocurre hacer!
Y el sol se dió a la fuga, porque no asoma pero ni de casualidad...

Los lunes también son días egoístas, nunca piensan en los demás.

O acaso a vos algún lunes vino y te preguntó si te sentías de ánimo para levantarte?
O con ganas para ir a trabajar? O si estabas dispuesto a estudiar para ese exámen?

Noooooo, porque a ellos no les importa! Solo piensan en si mismos.

Vienen y te dicen, arriba carajo soy el lunes!
Y jodete. Ajo y agua. No hay lugar a réplicas.

No hay derecho.

Nada

Nada es un tango que vengo escuchando hace unos años, cuando empecé a escuchar tangos. Y con esto recordé una anécdota que me contó mi padre hace un tiempo.

Para los que no lo saben, mi papá es músico. En una época, siendo muy jóven él, tocaba la guitarra para un cantor de tangos, en un lugar muy conocido de Buenos Aires que se llama o se llamaba (desconozco si sigue funcionando) Caño 14. Ellos se presentaban antes de que subiera al escenario a cantar, con ese estilo y voz únicas, el Polaco Goyeneche.

Cuenta la historia que en una de esas noches en que mi viejo tuvo el lujo de poder compartir un trago y una charla con el Polaco, le planteó muy preocupado, que a él no le gustaba el tango. Que había tratado de escucharlo, pero que no había caso, que no le gustaba.

El Polaco lo miró con una media sonrisa y esa chispa que tenía en los ojos y mientras le ponía una mano sobre el hombro, se le acercó al oído y le dijo: "Quedate tranquilo, ya te va a gustar".

Y así fué. Creció. Y le empezó a gustar. Creo que los porteños no podemos vivir sin la nostalgia del tango. Pero en los años de joda, es difícil que uno llegue a incorporarlo.

Esta versión del tango Nada, es muy particular. Primero porque está en portugués, y segundo, porque está cantada con la hermosa y dulce voz que solo Caetano Veloso tiene. Y además, es como muy íntima. Es solo Caetano y su guitarra, cantando en vivo.

Es curioso, yo ahora digo lo mismo del vino. Trato de que me guste, pero no hay caso.

Quizás en unos años pueda escuchar este tango, disfrutando una buena copa de vino.

Qué día es???

Con esta cara, te digo todo.

Hoy estamos de festejos a lo grande, más que cualquier viernes, porque hoy somos libres. El pibe del fondo no va a estar en todo el día y su padre, se va toda la tarde a jugar al golf.

Arrancamos la mañana con alto desayuno, medialunas de Domani y café con leche. Y ya tenemos pensado el almuerzo. Nuestro preferido de los días en que hay celebración.

Los arcos dorados nos aguardan, allá vamos!