Cortito y al pie

Me había olvidado cuanto disfrutaba llegar a mi casa y estar sola.

Entrar, encender las luces, regar mi planta mientras se inicia la compu, sacarme los tacos y andar descalza, comerme una cucharada del chimbote que me regalaron colgada de la puerta de la heladera, poner los redondos al palo y sentarme a escribir un ratito.

Pequeños placeres.

Lástima que vos no estabas.

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